El delantero francés Olivier Giroud (Chambéry, Francia; 37 años) llegará al Milán procedente de California a finales de esta temporada tras haber pactado su contrato con Los Ángeles Galaxy. Vinculado a la MLS, donde ya jugaron Lionel Messi, Luis Suárez, Sergio Busquets o Jordi Alba, supone la incorporación de otro jugador con una trayectoria envidiable en el fútbol de estadio. A pesar de ser el máximo goleador de la historia de Francia, campeón del mundo y de campeones, su carrera internacional es una paradoja extra. Fue adorado por entrenadores como el seleccionador Didier Deschamps por su capacidad para colocar centrales y ganar balones en duelos aéreos, recurso infinito al juego directo característico de su libreta, pero pocas veces se presentó como indiscutible en el título. En una era en la que el movimiento táctico ha evolucionado a favor de las falsas novedades o de los movimientos veloces y rápidos, Giroud (1,92 cm) ha triunfado en sentido contrario, trabajando para el equipo y con la oficina del equipo.
No ilustró mejor sobre el papel sus virtudes durante el Mundial de Rusia de 2018, en el que Francia salió campeona sin que Giroud, su jugador titular, marcara ningún gol. Y no sólo eso: no paró entre los tres palos y fue titular en todos los partidos -excepto el titular ante Australia- y acumuló 545 de los 630 minutos que duró el torneo.
El llamado S.síndrome de giroud, en referencia a los dueños de los delanteros que ganaron el mundial sin marcar goles en el torneo, viene de lejos. Uno de los mayores artilleros de la historia del fútbol británico, Jimmy Greaves, hizo precisamente eso en el Mundial de 1966, el único en las vitrinas de Inglaterra. Otro campeón francés, Stéphane Guivarc’h, hizo un esfuerzo similar al de Giroud en el Mundial de 1998, donde llegó a lo más alto sin marcar, pero con su capacidad para crear espacios para las estrellas del equipo: Henry y Zidane. En un caso más reciente lo buscan: Fernando Torres se marchó de Sudáfrica 2010 con el trofeo, pero sin goles se esperaba que fuera titular en cuatro ocasiones.
Las críticas a Giroud se han centrado en su fuga creativa para asociarse y su escasa calidad técnica, aunque como oportunista del área siempre lo han cumplido. Esto se debe a su condición de máximo goleador de la selección francesa con 57 goles, entre Henry (51), Mbappé (46), Griezmann (44) o Platini (41). El experto en fútbol francés y su correspondencia en París del diario COMOAndrés Onrubia, argumentando que la victoria francesa en Rusia 2018 “no se entiende sin Giroud”, y que el motivo por el que no se retira es que “trabajaba para el equipo”.
El mapa de calor de los movimientos de Giroud durante el Mundial de Rusia fue facilitado por Opta así lo demo. El nuevo de Francia ocupó más la banda derecha del ataque del área contraria, en su zona natural, por la suerte de la mayor cantidad de balones en banda con los que el portero y las defensas utilizaban para levantarse y llevarse el juego. en campo contrario.


A nivel de clubes, Giroud saltó a la escena internacional con 25 años de gracia a las hazañas del Montpellier, campeón de su única Ligue 1 en la temporada 2011/2012 tras un PSG recibido de Qatar, o centrales superiores como los del Lyon o el Marsella. . A la altura de un Montpellier que coronó el juego directo y los centros por banda, el ariete de Chambéry fue el máximo comentarista del campeonato con 21 goles.
Su habilidad como comentarista ayudó a su compatriota Arsène Wenger a colocarse en sustitución del holandés Robin Van Persie como referencia ofensiva del Arsenal, donde disputó 253 partidos y marcó 105 goles. La millonaria tarjeta de Aubameyang en el mercado de fichajes de invierno de la temporada 2017/2018 desapareció a los pocos minutos del Mundial, justo cuando el delantero se marchaba al Chelsea en reconstrucción. La circunstancia se repitió y ocurrió siempre a la sombra de los atacantes que se vieron obligados a pasar por Stamford Bridge: Álvaro Morata, Gonzalo Higuaín o Timo Werner. Cuando Thomas Tuchel fue al banco azul, Kai Havertz lo nombró como una falsa noticia y relegó a los francos a un papel aún más secundario. Con todo, en su paso a Inglaterra, Giroud conquistó en su palmarés la Champions League 2020/2021, cuatro FA Cups y una Europa League (2018/2019).
Ya a los 34 años su nuevo destino fue el AC Milan, donde cambió la dinámica del club y acabó en la llamada «maldición de lo nuevo». Desde el retiro de Filippo Inzaghi hasta el legado de Giroud, sólo una vez jugadores (incluidos Alexandre Pato, Fernando Torres, Krzystof Piatek o André Silva) estuvieron de espaldas durante diez años y nunca dejaron de marcar una década de goles en una temporada. En su primer curso en Italia, Giroud jugó esta barrera y sus 11 goles ligueros fueron el complemento perfecto de un veterano Zlatan Ibrahimovic para ayudar al Milán a romper otra mala racha y coronarse campeón de la Serie A por primera vez en 2012.
Cumplido su ciclo italiano, el método Giroud se exilia a Estados Unidos para dirigir un club por lo que han pasado en los últimos años Steven Gerrard, Gareth Bale, Ibrahimovic o David Beckham. Ahora, el aficionado al ultramarino sabrá que se trata de un verdadero tanque delantero.

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