José María Enríquez Negreira, el primero número dos de los árbitros españoles durante casi dos décadas, ha mantenido este martes en silencio sobre la millonaria recepción que recibió el FC Barcelona. Negreira, que fue citado como investigado por haber robado 7,3 millones de euros al club azulgrana, acordó con su lateral derecho no declarar. La decisión es lógica si tenemos en cuenta que su defensa está vinculada a alguien que padece Alzheimer y que no está en condiciones de afrontar un proceso penal. El previsible silencio del exgerente del Comité Técnico de Arbitraje (CTA) ha dejado la investigación donde estaba, lástima que por ahora se puede determinar el verdadero motivo de unos pagos que, según la investigación, constituyen un delito de corrupción en deportar.
El juego que lo investiga Caso NegreiraJoaquín Aguirre, citado como investigado sobre Negreira, recibió información de los forenses que lo examinaron para determinar si padecía síntomas de demencia. Los peritos llegan a la conclusión de que el exárbitro de 78 años padece deterioro cognitivo pero no es incapaz de pronunciarse ni afrontar un proceso penal. Asesorado por su abogado, Daniel Pérez-Esqué, el investigado aceptó su derecho y no lo declaró en un breve enfrentamiento en la Ciudad de la Justicia de Barcelona, acompañado de una enorme expectación.
La única explicación que dio Negreira sobre los pagos del Barça la dio a los inspectores de la Agencia Tributaria que investigaban sus hazañas y las de su hijo Javier Enríquez. Durante 17 años, coincidiendo con su etapa como vicepresidente de la CTA, Negreira recibió 7,3 millones de dólares que, según el club, fueron por gestiones de consultoría que nunca se habían materializado. En octubre de 2021, tres años después de ocurridos los pagos, me enfrenté al ante Hacienda y, cuando le preguntaron sobre los servicios que prestaba a la entidad, dio su respuesta. Negreira dijo que se trataba de una “asesoría técnica” relacionada con el arbitraje del club. Y además: “Lo que el FC Barcelona quería asegurarse de que no se tomaran decisiones contra el club, que todo fuera neutral”.
el Caso Negreira investigar los delitos de corrupción en el deportado, administración desleal, falsificación en documentos comerciales y blancos. Además de Negreira y su hijo han investigado permanentemente a los expresidentes del Barça Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu, pero también al actual presidente, Joan Laporta, por pagos que influyeron en su primer mandato (2003-2010). La sospecha de los investigadores, no corroborada de momento por fuentes documentales ni textos, es que el dinero recibido por Negreira podría utilizarse para comprar la voluntad de los árbitros y beneficiar al club italiano en competiciones estatales.
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