En su cumpleaños número 20, el 21 de abril y el cierre de ojos -el 5 de mayo-, Carlos Alcaraz sigue descubriéndose a sí mismo y, una vez más, conociéndose. “Quiero mostrar mi personalidad. Todo el mundo conoce al tenista Carlos Alcaraz, pero es una versión tan distinta como fuera de la pista. Es una hermosa historia para mostrar, la de un niño que persigue su amor y se convierte en el número uno del mundo. Quiero entender todo lo que conozco en el mundo”, contesta, en referencia a la docuserie de Netflix que comenzó a adquirir en marzo en Las Vegas y que ahora continúa en Madrid, donde les acompaña una lista de creadores, compañeros y artistas sonoros. todos los lados con estableIncendios, cables y pertigas.
El murciano se marchó con los deportistas aliviado porque en la prueba contra Alexander Shevchenko (6-2 y 6-1, en 1h 07min) no se pudo pedir de boca. Después de sufrir mala suerte en su brazo derecho, tras disputar el Masters de Miami, a finales de marzo, soporta un trabajo que le ha superado la frente física porque los dolores no paran de desaparecer y aunque las pruebas médicas parecen positivas, el miedo un mal alcalde o una recaída está ahí, latente, divertida. “Ha sido un mes bastante duro para mí”, presenta. “Vine sin saber que iba a pasar y ayer [por el jueves]cuando jugué un set con Medvedev [en el entrenamiento], No noté nada y dije que estaba preparado para jugar. Todavía estaba pensando si jugar o no. Desde que vino aquí hacía una semana que no pensaba en la raqueta”, continúa el tenista, campeón de las dos últimas ediciones y que antes de trasladarse a Madrid había querido renunciar a Montecarlo y Godó; este es el último, donde también tuvo que defender los títulos obtenidos en los últimos años.
No juegues en Barcelona si hay un golpe emocional importante para ti. Al no tener poder para competir, Alcaraz inmediatamente actuó para confirmar su ausencia y llegar a un compromiso comercial. Cuenta la escena en la que, refugiado bajo una gorra, acudió a la piscina del club de Pedralbes durante casi una hora intentando procesar una situación que, sin ser del todo nueva, le hizo sentirse mejor. “Pasé un mes de incertidumbre, así que no sabía cuándo iba a cumplir”, recuerda. Sin excesiva comodidad, el pasado fin de semana estuvo de terror en las pistas de entrenamiento de la Caja Mágica y desde entonces, su técnico Juan Carlos Ferrero y los especialistas que asistieron para que la máquina funcionara a toda velocidad: el fisioterapeuta Juanjo Moreno y el entrenador Alberto Lledó —Se preguntaban qué ruta tomar.
Dejar esas cosas y renegar del salto a la pista fue una sombra ineludible que finalmente me atravesó. Las horas de tratamiento y de Charlas han hecho gran efecto, y el murciano vuelve a estar en acción; No bajaron la guardia, pero en ese momento rompió la barrera psicológica que los frena y las sensaciones obtenidas en el extremo fueron muy favorables. “Hizo un partido muy completo, de gran nivel; Me sorprendí a mí mismo. Lo principal era verificar si tenías que notar algo y no habías pasado”, dije. “Me llevó un mes aprender solo con el revés, y gracias a eso hice una fiesta espectacular”, especifica. «Y con la derecha [donde se localiza el daño] Lo hago más suave que el disfraz. Lo primero que pensé fue en no hacerme daño, así que estaba muy contento de haber jugado a este nivel”, añade.
Contra su esencia
Tuvo que competir con el curso mental que aún lo limitaba. guíaLa primera intervención le pasó de alguna manera a Alcaraz, que en la próxima estación se encontrará con el brasileño Thiago Seyboth Wild, el 63 del mundo. “Venid a dárselos a gente de bien, para que les pongamos los montones”, dice el murciano, que todavía tendría un león golpeado, “Ya jugué con la parrilla [malla compresora] en Wimbledon [2022] y detrás de mí el silencio, para que no haya superstición. Pero eso sí, siempre es un jugador que intenta apretar mucho, así que jugar más relajado va en contra de mi esencia. Ahora prefiero hacerlo de esta manera; antes quería abrir más de la historia y era para juzgarme, así que ahora no se me pasa”, continúa la número tres del mundo, a la que las críticas sufridas durante estos tres años entre la élite le han ayudado para saber mejor cómo reacciona su cuerpo.
Satisfecho, Alcaraz se retiró al tardío barrio de San Fermín y tras pasar por su hotel se dirigió al Mesón Txistu junto a su grupo y su círculo familiar para cenar mientras seguía el duelo entre Real Sociedad y Real Madrid en San Sebastián. “Sí, mi fisio me dice que me lo pregunte [la bracera]yo me pregunto. Confío plenamente en él y obedezco”, afirma sin querer esperar el “día tras día”, aunque con la esperanza de poder incorporar la formación necesaria y querida en Roland Garros. “Cada vez que entro a la pista quiero mirar, pero lo principal es no notar mi antebrazo. A lo sumo nota algo que puedes seguir. Lo principal es no notar nada y si me siento bien con el juego y los resultados. Quiero seguir las horas de competición sin acoso”, resuelve.
Mientras tanto, las alturas del Madrid siguen acercándoles a su juego. Encadena 12 triunfos en la Caja Mágica, donde no es de extrañar que Nadal les ganara, el 5 de mayo de 2021, cuando ganó la mayoría de edad. El mallorquín fue citado este sábado (no antes de las 16.00 horas, Teledeporte y Movistar+) con el australiano Alex de Miñaur, en un encuentro que podría haber supuesto su expedición. Y el heredero afirma: “Quiero disfrutarlo al máximo posible, si eso es lo que quiero y cuál es la ilusión. Estoy trabajando para ser competitivo y siempre que puedas, estaré aquí para aprovecharlo. No tenemos que pensar en el más allá, tenemos que vivir el momento”.
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