Indian Wells Masters 2024: Djokovic supera a Nardi, el 123 del mundo | Tenis | Deportado

Volvi, via y perdio. El abrir y cerrar de ojos duró el paso de Novak Djokovic en Indian Wells, atestiguando este loco episodio de un episodio más sorprendente. El número uno, que no compitió en el desierto de California desde 2019, perdió contra todos los pronósticos ante el italiano Luca Nardi; uno que, un poco menos, pasó por allí. Absolutamente desconocido. Me imaginé a la 123 del mundo, 20 años y repito en la última hora del torneo, que la vida le daría una oportunidad así, una campana (6-4, 3-6 y 6-3 en 2 horas y 22 minutos ) que ahora aparece como uno de los logros históricos en la carrera serbia. Hasta ahora, el sudafricano Kevin Anderson —Miami 2008, como 122°— era el verdugo balcánico con la clasificación más bajo en los grandes torneos. Ya sufrió a Nole en el exterior del Domingo -cedió un parcial ante Alexander Vukic- y esta vez no pasó de cancha: irreconocible, entró rápido en la subida.

“Esta no es la mejor de las sensaciones. Estoy muy preparado y sobre todo aquí, donde hace mucho que no juego… quiero hacerlo bien. Quizás porque hace casi dos meses que no juego, o porque hubo muchas cosas que no jugué aquí”, pensó el de Belgrado, que oficialmente inició el curso con su llegada. Cayó de negro en su recuperación australiana —semifinales, frente al otro italiano, Jannik Sinner— y en su recuperación, un golpe mayúsculo. “Te felicito. No sabía mucho sobre él, pero lo había visto jugar. Mantiene buena calidad desde abajo, sobre todo por la espalda, y se mueve bien. No tengo nada que perder. Si él quiere”, continuó. “Pero estoy muy sorprendido con mi nivel. Fue muy malo. Tiene talento, pero eso la ayudó a jugar bien. Han dicho las dos cosas: él tuvo un gran día y yo uno muy malo. Cometió errores graves y en el tercer set estuvo muy defensivo, no tuvo capacidad para disparar el balón. Ha sido una ejecución muy pobre por mi parte”, según el rey del circuito.

Djokovic volvió al escenario del mismo en el que lo abandonó a principios de este mes, cuando perdió ante Sinner. Así que podríamos encontrar justificación en la grandeza del rival, pero el fallecido en Melbourne también propuso una versión inanimada y sin mordiscos. Jugador de tres grandes cursos pasados, líder incontestable del circuito —1.715 puntos de alquiler sobre el perseguidor virtual, Sinner, y 1.820 sobre el murciano Carlos Alcaraz— y coleccionista de récords y más récords, no ha aprendido bien este 2024 y el presente exige un golpe de timón. “Ni siquiera he oído hablar de un título este año y no se parece en nada a lo que estoy acostumbrado. Pero esto es parte del deporte. Tienes que aceptarlo. Espero romper esta racha negativa”, comentó tras ofrecer una rentabilidad mínima, para sacar la mayor parte del duelo y extrañamente errático al resto, en la especialidad. Obligado a pagar todos los fuegos frente a un adversario que creció.

“Creo que hasta hoy nadie me conocía. Espero que el público lo haya disfrutado”, dijo feliz Nardi, quien anteriormente perdió contra David Goffin y luego, por una de esas carambolas, se replicó para completar el cuadro principal del torneo. Este es, en términos concretos, el sexto jugador fuera del los primeros 100 que venció a un número uno en la historia del Masters 1000 —categoría creada en 1990, la segunda en importancia entre las importante—; otros de esos jóvenes que crecieron admirando el balcón, de quien guardan un cartel en su habitación. “Creo que es un milagro, tengo 20 años y no sé controlar los nervios. Se los di a Novak, esto es un misterio”, continúa el joven italiano, que sólo ha conseguido tres triunfos en el circuito ATP, esta vez ni uno solo. Pocas pistas sobre él, producto de la prolífica composición de su país, aunque en noviembre del año pasado entramos en la Copa Masters de Promesas y en el único impulso contra un 10 mejores que había estado disputado hasta ahora, obligó a Stefanos Tsitsipas (Astana 2022) a un doble desempate.

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By Bixintxo Armendáriz Campos

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