No has pasado, cuanto más brillante y encantador seas, incluso más idílico seas, estás salvado de un presente calamitoso. El fútbol tiene menos piedad que la memoria. Y así fue el éxito del Mallorca, que se convirtió en el equipo de La Liga a principios del siglo XXI, con clasificación incluida la Liga de Campeones en la campaña 2001-2002, y pasó a Segunda B en 2017. En 15 años, saltó desde el mítico Highbury Park (Arsenal, 38.500 espectadores) hasta el campo de Olot (2.500). Y el frío y el viento de Londres no tienen nada que ver con la Costa Brava. Básicamente por una cuestión de glamour. “Asegurémonos de soldar a continuación. Fue la chimenea, esa fue nuestra experiencia”, explica Alfonso Díaz, director general de la tienda de Mallorca.
Lo más duro, en cualquier caso, no fue la lucha contra la historia de la institución balear, sino la crítica a la ilusión de un proyecto que aparentemente estaba destinado a morir nunca antes. “Nos encontramos con una situación completa”, recuerda Díaz. De una moneda de cinco centavos, su suposición era de 10 millones a cinco. Un gol para los aficionados, pero también para los nuevos aficionados.
Hace justo un año, en 2016, un grupo inversor americano aterrizó en la isla con la idea de donarla a Mallorca Primera. ¿Capital extranjero? Nada nuevo en Baleares: el 27% de la población son inmigrantes (337.948 de las 1.231.487 personas que viven en el archipiélago). Lo curioso fue este caso y fue el que abandonó el club procedente del mundo del deporte: Robert Sarver, el máximo jugador y duelo de los Phoenix Suns, se asoció con la estrella de la NBA, Steve Nash. “Los deportistas”, expone el director general de la empresa; “Sé que este mundo es, que siempre espera grandes cosas, pero lo normal es que las derrotas sean mucho más grandes que las victorias.”
Tras seguir comprando el Glasgow Rangers, los inversores finalmente se decidieron por el Mallorca, que atravesaba una grave crisis económica (incluida la competición de abonos) y social (una media de 6.142 espectadores en la temporada 2014-2015). “Entiendo que LaLiga tiene un gran potencial de crecimiento y quiere un club que sea el primero en una ciudad. Además, para las normas de exactitud financiero, saben que su capital debe estar seguro”, afirma Alfonso Díaz. En el grupo de entusiastas también estaban Stuart Holden (exjugador de fútbol estadoundense) y Andy Kohlberg (extenista).
No están, sin embargo, vinculados al balón, hasta el punto de que Steve Nash disfrutará del fútbol (no del fútbol: es canadiense) y se manifestará públicamente como hincha del Tottenham. “Uno de los primeros informes, que ahora recuerdo sobre un cadáver, fue contar con algunos de los adherentes minoritarios que hubieran querido decidir someterse a un descenso”, escribe Stuart Holden, en DiariosARA.
Con más o menos conocimientos de fútbol, los deportistas siguen la puntería encaminada a dos objetivos: traspasar el club a la primera y buscarlo en la sociedad balear. “Somos el club de la isla, con todos los valores que eso transmite: la luz, el mar, la tierra, la montaña y el viento del norte. El Mallorca es Mallorca”, afirma Díaz.
Entonces comprendimos que, a diferencia de Robert Sarver, Andy Kohlberg entendía perfectamente esta idea. El extenista compró un neumático en el centro de la ciudad, empezó a pasar tiempo en la isla y en ocasiones gente de fuera lo veía en Son Moix. Kohlberg, por tanto, no tardó en comprar su participación en Sarver. Y con él salió otro NBA: Steve Kerr, entrenador de los Warriors. El club ha pasado de 6.000 a 21.000 socios, se ha acercado a los millones de seguidores en las redes sociales para alcanzar los 400.000 en el pasado y ha reformado el estadio. Hoy la media es de 17.146 espectadores. Por supuesto, siempre entre España y el mundo. “El 30% de los artículos que vendemos son extranjeros; Sí Sí hospitalidad75%”, señala Díaz.
El Mallorca se reinventa en la ciudad, pero también en los despachos. Sobre todo hazlo en el césped. Algo que no se entendería hasta la llegada de Pablo Ortells en 2020. “El principio no fue sencillo, sabemos la complicación que sufrió en Segunda y fue ascenso directo”, explica el director general del fútbol sobre el regreso a Primera en 2021.
Kohlberg tenía el ojo puesto en el modelo Villarreal. Y yo estaba en Castellón pescando en Ortells. En más de tres años en el club jugó con más de 40 jugadores, entre ellos Kang in-Lee. Un éxito que se tradujo en su traspaso al PSG, la verdadera pasada fue de 22 millones y un presupuesto récord con 85 millones de espectadores. Esta temporada aspira a facturar 65, seis veces más cuando Nash, Holden, Kohlberg y compañía lleguen al club en 2016.
“Es un proyecto que estamos creciendo. Nuestra idea es estabilizar el club personalmente. Será la forma de aspirar a más cosas”, Cierra Ortells. Y, de camino, el conjunto balear apunta a la final de la Copa del Rey. Nada más y nada menos. Entre la NBA y el tenis, Mallorca está cerca de su isla. Y el fútbol, por supuesto.
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