El récord de Guardiola y el City en el Mundial de Clubes | Fútbol | Deportado

Pep Guardiola ganó su cuarto Mundial de Clubes como entrenador -más que nadie- y tras dirigir al Manchester City obtuvo su primer título universal. Visitamos Yeda, la capital turística saudita, a lo largo de las costas del Fluminense. Al elegante campeón de la Libertadores, lleno de experiencia, le faltó energía para sostener el ritmo que impulsaba su rival. El City, que presidió mejor que Haaland y De Bruyne, provocó un derribo por orden del todopoderoso Rodri.

4

Ederson Moraes, Walker, John Stones (Gvardiol, min. 74), Aké (Oscar Bobb, min. 81), Rúben Dias, Rico Lewis (Kovacic, min. 61), Grealish, Bernardo Silva, Foden (Matheus, min. 81 ), Rodrigo (Manuel Akanji, min. 74) y Julián Álvarez

0

fluminense

Fábio, Felipe Melo (Diogo, min. 60), Nino, Samuel Xavier, Marcelo (Alexsander, min. 60), Ganso (Vinicius, min. 60), André, Keno (John Kennedy, min. 45), Martinelli, Jhon Arias y Germán Cano

goles 1-0 minutos 1: Julián Álvarez. 2-0 minutos. 27: Niño (págs). 3-0 minutos. 71: Foden. 4-0 minutos. 88: Julián Álvarez.

Árbitro Szymon Marciniak

Tarjetas amarillas Marcelo (min. 56), Alexsander (min. 68) y John Kennedy (min. 84)

Cámaras ambulantes en la ropa y sus acompañantes rastrean los equipos en busca de contenidos multimedia susceptibles de explotación comercial. Cada día con más dedicación y recursos, por lo que la preparación y el postpartido se han convertido en un espectáculo muy rentable por el efecto multiplicador de las redes. Incluso en la final del Mundial de Clubes, donde una cámara de televisión fue colocada en la rotonda Fluminense. Allí se destacó la figura de Fábio Devison Lopes. Quizás, convencido de haber sido protagonista de un espectáculo irrepetible, el portero de 43 años se emocionó. Su apasionante arena culminó con un grito tan afectado que preguntó sin aire: “¡No hemos venido a pasar por aquí! ¡Venimos a demostrar que somos los mejores del mundo…!”. Marcelo, en un gesto compasivo, intervino con aplausos para cerrar un ritual de adicción al vudú.

Los jugadores sudamericanos saltaron tanto al terreno de juego que en apenas dos minutos de partido perdían 1-0. Bernardo, Foden, Julián Álvarez y Grealish reforzaron su presencia hacia línea de fondo cuando Marcelo tomó el balón y cambió de orientación con la espalda, con el pie menos cómodo. La pelota buscaba a Arias, pero se topó con Aké. El central avanzó un corto trecho y salió remando del área. La pelota se pegó al poste y contrarrestó la oportunidad Julián Álvarez, que interceptó la trayectoria colocándose al pecho con la malicia arrepentida de un cazador de moscas.

Agonía de Marcelo

Fábio Devison lo vi después del tiro de gol, tendiendo a una estirada vana, y Marcelo, el otro actor principal de la película previa al partido, trajo su variada cabellera con la conciencia tranquila que celebra 35 años y una experiencia que le aporto. Conquistó cuatro Mundiales de Clubes con el Madrid antes de emigrar a Brasil para ganar la Copa Libertadores. Pocas carreras han sido más fructíferas que la de Marcelo en la historia del fútbol y sólo un zurdo brasileño podría presumir de mejorarla: Roberto Carlos. En su posición tenía que entender que ese gol habría convertido la final en una agonía desesperada, salvo accidente.

Sin accidentes. El juego trataba sobre causas naturales. La presidencia de la Ciudad puede con la circulación del Fluminense, y la presidencia del Fluminense no puede con la circulación de la Ciudad. Buen equipo para competir en su campo, este campeón americano de carruajes gloriosos, este equipo sostenido por un Felipe Melo que viene de varias épocas del mundo entre la excelencia y la dispersión, este Marcelo brillante pero sobrecargado, y este Ganso que no lo ha hecho nunca. Se movía fuera del campo con soltura y ahora juega como si estuviera caminando en los parques, acumulando su energía en media hora.

Tengo pocas noticias del joven conductor André Trindade, la falsa alegría en la fuga, y a cambio si Dios un homenaje a Rodri. El mediocentro español atraviesa un momento de esplendor desconocido. Envía la prensa de quien es seriamente capaz de hacer lo que le da la voluntad. Tu oficio, tu acertada presencia, tu capacidad de influencia y resolución, se reflejaron en cada minuto del partido. Incluso cuando las líneas se cortan con un paso tenso y preciso hacia el espacio ocupado por Foden, autor del disparo que precipitó el 2-0. Nino, lento en reaccionar, lo desvió hacia su propia portería en el minuto 27. El resto del partido, incluido el 3-0 de Foden y el 4-0 de Álvarez, completó el largo epílogo de la jugada de dos minutos precedido por el prólogo – vudú .

Puedes seguirlo en EL PAÍS Deportes en FacebookXo escribe aquí para recibirlo nuestro boletín semanal.

By Bixintxo Armendáriz Campos

Articulos de interes