Con la bolsa de banda de Óscar De Marcos recuperó el partido de los Cármenes 26 horas y 13 minutos después de que la pelota se perdiera por la banda. ¿Todo sigue igual? No. Para el promedio hubo una falta en las filas, un sentimiento de pavor en las gradas, la casa de los capitanes con una rama de flores, las camisetas del equipo y el minuto de silencio estrictamente vigilado en todo el campo.
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André Ferreira, Carlos Neva, Ricard Sánchez, Raúl Torrente, Miquel, Sergio Ruiz (Puertas, min. 91), Bryan Zaragoza, Myrto Uzuni, Gumbau, Gonzalo Villar (Njegos Petrovic, min. 79) y Lucas Boyé (Callejón, min. 79)
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Unai Simón, Daniel Vivian, Aitor Paredes, De Marcos (Yuri, min. 66), Lekue, O. Sancet, Benat Prados (Perú Nolaskoain, min. 87), Nico Williams, Ruiz de Galarreta (Ander Herrera, min. 79) , Williams (Berenguer, min. 79) y Guruzeta (Villalibre, min. 66)
goles 0-1 minuto. 6: Williams. 1-1 minuto. 54: Ruiz de Galarreta (pp).
Árbitro Arias de Miguel Ángel Ortiz
Tarjetas amarillas Nico Williams (min. 77) y Yuri (min. 90)
Todo eso había cambiado. Lo que aprendieron los dos equipos, no tanto. Pero si en el Athletic son tan buenos como son, porque el goleador, tras el gol de Iñaki Williams en el primer tiempo de la primera parte, el favor, en el Granada no tanto, y el resultado que el conjunto nazarí se comprometerá a seguir del mismo modo que lo había dejado, y en esta segunda parte de la primera, el Athletic pudo sentir el susto, porque siguió encontrando vías por las que colarse hacia la portería local. Pero si en los días anteriores, en los bilbaínos sobró acierto, en la segunda jornada del partido contra el Granada se falló el puntapié, a veces de forma sensacional, como cuando Guruzeta robó la pelota en Torrente, y con el portero batido y sólo Una defendida entre las estacas, cedió el honor a Sancet, que remaba de forma catastrófica, muy orgullosa del puerto.
Antes Nico Williams tuvo su otra para aumentar distancia, pero su compañero se había marchado fuera por unos centímetros, y luego fue su hermano Iñaki el que dejó de cabeza una gran asistencia de Lekue. En esa dinámica, lo más lógico parece pensar que el Athletic se ha impuesto, aunque su juego fue decayendo por el camino del descenso, lástima que para él el Granada mejoró el suyo.
Pero los lugares más adecuados eran los de la ropa. Alexander Medina, su entrenador, descubrió la posibilidad de mejorar el paso desde el mediocampo. Le dio más libertad a Gonzalo Villar en esa zona y el juego de los locales empezó a fluir un poco más. Lamentablemente, a Bryan Zaragoza le dieron más balones que melones, como había hecho en la primera parte, y el futbolista entrenado por el Bayern se comprometió a apoyar la defensa del Athletic.
Sin embargo, el Granada sólo puede sufrir una acción desafortunada de Ruiz de Galarreta, que rema desde la cabeza, impecablemente, hasta el centro de la banda en su propia portería. Al equipo andaluz no lo tuvo aparte entre los tres puestos en todo el partido, pero el centrocampista bilbaíno se hizo cargo.
Por tanto, parece que el partido debe ganar la carrera. El Granada, animado por la empatía, siguió sacando un minuto más, pero la persecución volvió a su condición anterior, la de un equipo ávido de resultados y clasificación. Y así, con un orden defensivo más adecuado para sujetar a los amigos de los hermanos Williams por las bandas y también parar a Sancet, más impreciso que el de las partes anteriores.
Se puso al frente del nuevo Athletic, buscando el gol de la victoria, pero todos los caminos estaban cerrados para un Granada que a veces ya no se entregaba para intentar ganar el partido, sino para defender el punto que tanto sudor le había costado. .
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