El historiador del Athletic describió la marcha triunfal de un equipo que aspira a hacer historia como el Girona. La empatía fue aceptada con resignación por los dos contendientes tras un partido exigente, generoso y atractivo en Montilivi. No hubo más remedio para la buena y atractiva tripulación de Míchel que compartió líder con el Madrid. Aunque hoy no se sabe muy bien qué es capaz de conseguir ni qué puede pedir, se espera que el partido del Girona sea un buen partido para alimentar el objetivo de ganar Europa. El fútbol no salió a las puertas del Athletic para ser líder y ser colíder de La Liga junto al Madrid. Un desarrollo que se adaptó al tono de la situación porque los blanquirrojos jugaban a ganar, podían perder y morir por la buena empatía tras derrotar el choque en el área del Atleti.
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Gazzaniga, Arnau Martinez (Yan Couto, min. 68), Miguel Gutiérrez, Daley Blind, Eric García, Aleix García, Yangel Herrera (Ibrahima Kebe, min. 84), Tsygankov (Valery Fernández, min. 85), Sávio, Stuani ( Portu, min. 69) e Iván Martín (Pablo Torre, min. 77)
1
Unai Simón, Daniel Vivian, Aitor Paredes, De Marcos, Lekue, O. Sancet (Unai Gómez, min. 90), Nico Williams (Berenguer, min. 81), Ruiz de Galarreta (Ander Herrera, min. 81), Vesga, Williams (Malcom Adu, min. 90) y Guruzeta (Raúl García, min. 73)
goles 1-0 minutos 55: Cigankov. 1-1 minuto. 67: Williams.
Árbitro Mario Melero López
Tarjetas amarillas Guruzeta (min. 51) y Daley Blind (min. 59)
El encuentro tuvo lugar en la zona de Girona. La presidencia del Athletic fue tan intensa y eficaz porque Guruzeta sólo se marchó antes que Gazzaniga tras ser habilitado por Vesga. El delantero se sorprendió lo suficiente como para quedar en manos del portero ante el milagro de la culpa de Eric García. No fue fácil defender la descripción armoniosa y numerosa de la piscina ni trepar con la pelota jugada en dirección a Unai Simón. En torno a Sancet, un volante con buena visión de juego, el Athletic encuentra mucho espacio en la zona central del Girona. Los empates y las ocasiones se sucedieron ante Gazzaniga, que se lució a la hora de anular por completo la jugada de gol de Nico Williams.
La permeabilidad defensiva blanquirroja contrastó con su facilidad para disparar la línea desde el pase por la costa de Miguel y Savinho. Los centros laterales y los regates brasileños desmantelan el público del Athletic por la banda de De Marcos. Hubo dos remates seguidores de Stuani que casi logran enterarse de Simón. Uruguay no es Dovbyk, víctima del virus FIFA, uno de los mayores detalles adquiridos por el equipo de Míchel. El ucraniano juega, rema, asiste y marca, absorbe y suelta el balón y sujeta el cinturón mientras Stuani es el punto final del partido del Girona y un goleador que se crece ante la hanchada de Montilivi.
El equipo era el mismo y aceleraba con los que pasaban y venían, tan divertidos y rápidos como mal equipados por la falta de precisión y contundencia, manifestada en las dos zonas, un poco más en la de Girona. Valverde y Mich Tsygankov. El Girona, en cualquier caso, ha aprendido a agarrar los malos momentos, no está acostumbrado cuando el partido se pone en relieve y el rival no puede dejar de atacar con atacantes con el desborde de los Williams. Las correcciones de Míchel también son similares.
El Girona se quitó la pelota y su juego tuvo la máxima continuidad en la reconciliación, tras el paso por la indumentaria, de los mejores futbolistas, en particular Tsygankov. La calavera pareció formar una bola que no se hizo esperar para rematar a Stuani tras la intervención de Savinho y Miguel, los dos jugadores que se martillaron sin bloquear el derechazo lateral del Atlético. El Girona se anticipó, fue más agresivo y ganó los duelos divididos ante un rival tan físico como el de Valverde. La mayoría de sus ataques fueron largos y controlados para facilitar el contrajuego y evitar las contras del Athletic. Al Girona no le interesa intercambiar goles hasta que ataque al mejor atacante y defensor de Williams.
Única vez que el ataque del Girona no acabó en disparo y posibilitó la transición del Athletic tras el gol de Iñaki Williams, excelente en la regata y en el bicho raro ajustado ante Aleix y Blind, tras un pase filtrado de Sancet. La sucesión de cambios dio oxígeno a los dos equipos, aunque el sistema del Athletic era más amplio que el de Míchel, que también contó con Pablo Torre. Aunque el Athletic se mostró entusiasmado durante unos instantes, la respuesta del Girona fue categórica al no conseguir cerrar la contienda con el 1-0.
Ni la presión ni la expectación, ni siquiera el parón, minaron la carga final del Girona ante un rival igualmente en plena forma como el Athletic. Montilivi, lleno hasta arriba, cantó el gol que no estuvo en el último disparo de Pablo Torre. El cariño tiene mucha confianza en Victoria, así como en su equipo y en Míchel. El gol del triunfo, sin embargo, fue negado, seguramente porque en ocasiones el Atlético simplemente pierde. Los dos historiadores eran dos gigantes en Montilivi.
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