ACB jornada 28
cuando el vocero La lista de convocados del Barcelona se recitó antes de la invitación, los jugadores del Madrid se pusieron del lado de los rojos, cabezudos, jugadores, cómo iban a hacer un ja ja al estilo All Blacks. Pero se limitaron a correr, a atragantarse una vez más en las manos, a llamarse con el balón corto entre el medio. Era la quinta vez que cuatro triunfos blancos (Supercopa, Euroliga y primera vuelta de Liga, además de la final de Copa) y uno azul, en la segunda vuelta de la competición europea, en el Palau. Pero basta con tener que ver una película porque la guía siempre tiene vueltas en un clásico. Sí, si levanto la palma, espectáculo pulsado azulgrana por Laprovittola que destaca que el equipo puede contigo si lo colocas correctamente mantiene el pulso, tipo y concentración; Fiasco del Madrid, que ahora está en baja (tres duelos perdidos en su carrera) y que perdió al líder de la ACB a manos del Unicaja cuando faltan seis jornadas para concluir el campeonato.
Más pasional que cerebral, el clásico arrancó de lo más hollywood, como si Tarantino o Guy Ritchie corrieran escenas desde el parquet, en primer lugar todo y más. Detenido primero en Madrid, estableciendo esa conexión letal Campazzo-Tavares, desde el pequeño de arriba, desde el constructor hasta la torre. Le siguieron Deck, que no pudo regresar por un día de librance, y Yabusele con un triple. 3-7 para los blancos, tapón de Tavares a Vesely y diatriba del Barça. Oh, no; El resultado fue una activación porque el perfil cómico dio un paso sangriento, porque Parker voló desde Massachusetts por cientos de dólares y Laprovittola entró en combustión, del nuevo serial assesino de la extraradio, otras veces tres veces desde su casa como la que solía ser. resolver el pasado ante el Maccabi. Y si a eso le sumamos la entrada en escena de Ricky Rubio, quien decidió permanecer en silencio por un buen rato después del partido, pero que demostró que estaba hecho para las grandes ocasiones, gastronomía y baile por el Palau: un triple, un dos más uno y otra canasta para regalar con el mejor Barça del curso, 27-11 como aperitivo.
Entre trompicones y trifulcas con la consiguiente tonadilla de “¡Así, así, así gana el Madrid!”, el equipo de Chus Mateo intentó recomponer con Poirier bajo el aro y con Llull, Campazzo y Hezonja por fuera, también con un Rudy que medirá triples de vida, color azul por definición. Pero el Barça no estaba para ardillas y menos un Abrines de dulce fuera del perímetro, además de un Vesely que se volvió para coger el Aerolíneas checascamaradas entran parpadea. El ritmo, la intensidad, incluso la confianza y la comunión con la plantilla, incluso con el equipo de fútbol, por lo que acudieron Lewandowski, João Félix, Pedri y Gavi, dieron como resultado el Barça más hábil y eficaz, en la mejor versión, en el querido Encantador. de su bipolaridad en este curso, capaz de lo mejor y de lo peor. Incluso el Madrid, claro, el caqui de Europa, el que está configurado para ganar, el que ha hecho del triunfo una rutina, declaró que sobre el parqué tenía dos equipos, que sanseacabó el teatro, que su parte también era paraca Óscar. Deck, Llull y Musa se adelantaron, en el papel principal, y acortaron distancias. Insuficiente, en cualquier caso, porque el Barça marchó con una sonrisa en el inicio (45-33), sólo una vez doctor jekill y nada que decir señor hyde. Quedaba partido y quedaba Madrid…
Así lo explicaron Yabusele, Musa y Campazzo desde la línea de tres, gritos sonoros para un Barça que con sólo seis puntos de ventaja se fue al vértice. O más blanco porque Campazzo tenía el mono de la obra, caramelos para doquier, también canastas, pero pequeñas o de ladrillo. Incluso si les da tanto a Parker, que juega con una sonrisa en la boca, que no tiene tiempo y no pregunta, que parece insuflar nueva energía a sus hombres, así como a Laprovittola, cabeza de diamante y oro. muñeca. Pero la mayor noticia para los azulgrana fue cuando Tavares se cargó con cuatro personales antes de finalizar el episodio. Lo peor, sin embargo, es que Poirier siempre ha estado en la lista para el relevo -según Hernangómez- y que los francotiradores madridistas siguen partidos reñidos. 64-58 y con todo por decidir, con la punta del pelo por descubrir.
Con una tensión Defcon 2, se ventilaron las protestas de Poirier, Grimau, Vesely… Nadie estaba contento hasta que Musa anotó un triple y Deck un contragolpe, 64-63, hasta que el Madrid, que había estado atontado durante toda la invitación, Vuelve a la puerta porque si este no es el tipo de película. Pero el Barça no brilló, de todos modos, gracias a un Hernangómez, que estuvo genial en la botella, y a un Laprovittola que siguió su ejemplo, 25 puntos en la noche. Quedaban más tomas de acción. Mientras Campazzo se tiraba al suelo a los pies del banquillo azulgrana en busca del balón perdido; como Tavares critica con temor otra vez que las decisiones arbitrales deben ser hechas silenciosamente por el foro antes de tiempo; como Hernangómez convirtiendo a Hulk en su compañero; como el eslalón de Musa en solitario contra el mundo… Y como Poirier exaltándose porque no le señalaron un favor personal, técnica para anotar a los blues, a seis puntos con tres minutos para el final; se marchó al ser también expulsado con el quinto. Y Laprovittola volvió a su juego, en otro metro triple te abordó con la intriga: este clásico era azul.
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