Hay momentos en que los entrenadores siguen la regla con decisiones que son una propuesta de todo o nada. Esta vez Simeone se adelantó en las semifinales de Copa al mandar al banquillo a Griezmann y Morata con más de media hora para tener el balón. La voltereta subió al volver a hacerlo porque entre los dos que entraron, Correa y Memphis, hicieron el tanto que Dios al Atlético el billete para la semifinal ante un Sevilla fiable y guerrillero en defensa, pero necio en ataque. Eliminado, Simeone se encontró inmediatamente solo en el tiro. Supuse que podía y era capaz. No es fácil tomar la decisión que tomó Tomó, pero también lo es que ni Morata ni Griezmann les dejan frescos y relucientes. El juego, farragoso y pizarrero exigen inventiva y Correa ha puesto su arte de potrero para inventar un partido imposible de las estrellas en el pico del área. Todos dejaron dos defensas y lanzaron el gol a Memphis para empujar la pelota a la portería vacía. Si finalmente Arabia Saudita queda marcada, Correa dejará su huella latente como jugador distinguido. El futbolista que, donde está poco equipado para hacer una regata importante, siempre lo intenta. Por eso Simeón muchas veces ha sacrificado castañas del fuego a sus compañeros. Este jueves, una vez más. Su valía en los últimos años tiene un aspecto monumental.

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Oblak, Giménez, Mario Hermoso, Witsel, Saúl (Pablo Barrios Rivas, min. 56), De Paul, Nahuel Molina (Marcos Llorente, min. 55), Samuel Lino, Koke, Morata (Depay, min. 65) y Griezmann ( Correa, minuto 65)
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Ørjan Haskjold Nyland, Marcao, Nianzou Tanguy Kouassi, Sergio Ramos, Óliver Torres (Rakitic, min. 50), Djibril Sow (Rafa Mir, min. 83), Boubakary Soumare, Adrià Pedrosa (Marcos Acuña, min. 83), Jesús Navas (Juanlu Sánchez, min. 69), Lucas Ocampos e Isaac Romero
goles 1-0 minutos 78: Pagándolo hacia adelante.
Árbitro Jesús Gil Manzano.
Tarjetas amarillas Óliver Torres (min. 33), Sergio Ramos (min. 39), Adrià Pedrosa (min. 61), Giménez (min. 62), Mario Hermoso (min. 71), Lamela (min. 73), Koke (min. 71), 75), Rakitic (min. 81) y Rafa Mir (min. 97)
El duelo estuvo concluido desde el principio. Con dos tripulaciones retenidas por responsabilidad. Los dos bien tapaditos con sus defensas de tres centrales. Los dos con una irritante falta de atrevimiento. El Atlético ha atenazaba su condición de favorito. En el Sevilla, la Copa fue su último bale para ennoblecer una temporada en la que tendrá que vivir hasta la final con la sombra del descenso.
Si el fútbol sin riesgos fuera una salvada prolongada. El Atlético no encontró los pasillos interiores porque Griezmann y De Paul jugaron para quitarle la espada a los pivotes del Sevilla. Tanto esfuerzo lo hicieron Nahuel Molina y Lino en las costas. Quique Sánchez Flores se mostró muy preocupado por cómo podrían jugar unos contra otros. Navas siempre contó con la ayuda de un central y un centrocampista. Me gusta mucho ese Sevilla. Del otro lado, Nahuel Molina tardó en avanzar penosamente. Incluso Navas y Pedrosa trabajaron mucho. Dos equipos con contenedores profundos y rápidos. Y la misma disputa respondió a Oblak y Nyland a la condición de otros espectadores de un partido que había aliviado mucho el frenesí que vivieron en los otros tres partidos de octavos. No quisieron el rock and roll ni Simeone ni Quique. Y los matones pagaron por ello. Ni el enrachado Morata ni el emergente canterano sevillista Isaac Romero pueden lucir gatillo. Los dos técnicos apostataron por un partido más amplio y táctico del que vivo.
El único plato de un fútbol llamado fútbol fue la pared que enlazó entre Griezmann y Molina que interrumpió a Marcão con un disparo juvenil sobre el argentino dentro del área. Morata agarró la pelota para ejecutar el saque de banda, pero pesó el disparo estrella de Griezmann. La estocada del francés estuvo en armonía con el bajo calibre del duelo. Se lanzó el gallo y la pelota quedó en la grada. No hay penalti pero deberá intervenir uno de los porteros en los primeros 45 minutos.
A partir de esta anodina primera parte el Sevilla se puso arriba, porque la mayor ventaja del Atlético era que no pasaba nada en las áreas. Si vulnera la intención de Quique de jugar con los nervios de su rival cuando entra Dios de Rakitic por Óliver Torres. Fue templo y oficina para negociar la subida más decisiva del Atlético. Griezmann en una semifinal previa a una bolsa de banda coloreó la portería. Después de que ganara el Atlético. Simeone quiso empezar a sacudir el árbol. Primero dando entrada a Barrios ya Llorente por Saúl y Nahuel Molina. Piernas y dinamismo para romper con un equipo monótono y predecible que necesita cambiar de ritmo. Después vino esa apuesta tan arriesgada. La incredulidad se instaló en el Metropolitano cuando en la pandilla aparecieron las espaldas de Morata y Griezmann de Correa y Memphis. Una orden de todo o nada. Por favor, dejen al equipo sin sus dos grandes referentes del pasado y porque el argentino y el holandés ya han dado grandes señales en los últimos tramos de la remontada.
Ambos asumen la responsabilidad de ganar con la resistencia del Sevilla, que había enseñado al central competitivo que llenó las vitrinas de la Liga Europa. Hubo un acuerdo definitivo entre ambos. Correa encontrándose con una actuación callejera donde no la tuvo y Memphis batiendo la pelota colocada donde aún conserva el instinto el dijo que seguía apareciendo para medir al Atlético en semifinales por primera vez desde 2016. También una acción imprudente de Barrios. intentar Racing en el frente del área puede llevarlos a la siguiente posición. Se retiró la roja canterano y el balón del argentino se limpió dentro del área. Gil Manzano decretó penalizado; pero, tras la revisión del VAR, lo anuló.
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